El Morral

Como he comentado antes en post antiguos, hay un chino en mi clase. Su nombre es Jun “el chini”. Bueno, él está en mi clase de la Usil, lo veo 3 horas, 4 veces a la semana. Me parece que somos como el agua y el aceite emulsionados, o sea, juntos pero no revueltos. Esa es la idea con él, yo le hablo, él me habla, es una relación llevadera y bastante tolerable, ninguna de las dos partes ofrece repulsión hacia la otra.   El problema está que yo no me junto mucho con él, a pesar de trabajar en el mismo grupo de cocina, pero el con sus ideas de chico de 18 años (muy maduras y profesionales para su edad pero no sabe cuándo parar) junto con su amiga Claudia (tan loka como él lo es) y yo con mi personalidad un toque especial que solo mi amiga Natalia (una súper colocha) puede controlar haciéndome reír. Yo sé que Jun es gay, tal vez no le guste admitirlo, pero algún día hablaremos de eso estoy seguro, espero no tener estos pensamientos que tengo en estos momentos, es que estos días...

Ya le dije a mi mejor amiga en todo el mundo, Carolay Antuanett Melgarejo Choque, mi hermana del almaaaa;   acerca de mi. Es la primera vez en mucho tiempo que le cuento a alguien sobre mi opción sexual y no siento esa desnudez tan rara que pesaba sobre mi cuando decía algo sobre eso. Creo que es porque ya me estoy abriendo más y me estoy aceptando tal como soy. También le quiero decir a mis compañeros de la Usil pero deseo que se presente la oportunidad precisa. Al fin puedo sentir que no está mal ser así… Siento que mi mundo al fin se adapta a la idea. Pero esto no terminara hasta que mis padres lo confirmen y lo acepten. No se cuando llegara ese día, ni se cómo reaccionare yo. Ya sé cómo reaccionaran pero de todas maneras me da miedo confrontarlos hacia esa verdad tan oscura y profunda para ellos. Será como si su palacio de cristal al fin se venga abajo con ese peso que tal vez carguen toda su vida. Espero que no porque no quiero terminar matándolos de dolor. Sería lo peor ...

Te imagino algunos días Cuando estoy solo, acaricio el aire pensando que es tu cara Miro esos ojos hermosos y te desvaneces entrando en mis recuerdos Me despido de ti desde hace días, El abismo entre los dos se hace infinito Quedo mirando a la nada, Ese hueco en mi corazón donde ilusamente te guarde sitio. Para que no notes la pena que llevo dentro. Adios Mr. Kei, adiós para siempre.

Hace unos momentos, por primera vez le mostré este diario-blog a alguien… Una de mis mejores amigas, Daniela Santibáñez. Sentía como dejaba abierta una ventana a un mundo solamente mío, pero felizmente fue a una de mis personas preferidas. No negare que algo de vergüenza estuvo presente, pero todo cambio cuando me dijo “te muestras tal cual y sin máscaras, tu sinceridad lo llena todo”; eso me quito la vergüenza, el miedo que sentía al mostrarme así: 100% YO. Y me di cuenta que es verdad, todo lo que escribo es porque así soy yo a puertas cerradas, es el Omar que siempre está tapado de la luz, al que le gusta la oscuridad. Aquí muestro todos los sentimientos que tal vez nunca saldrán de otras maneras, sé que esto ya lo sabía, pero cuando una persona te lo dice, es muy diferente. Mañana volveré a mis rutinas, viviré el día a día y unos pocos minutos antes de dormir, cualquier día de estos, el Omar interior tendrá ganas de hablar de nuevo, espero no callarlo. 

Cada clase, una esperanza. Cada noche una desilusión… Así me siento todos los días que voy a la San Ignacio, me siento tan solo en un mundo tan grande que es la universidad. Si estoy o no estoy en el salón no importaría mucho porque a nadie le importo ahí. No fue un buen comienzo con la gente, yo me cerré mucho en mí mismo, no deje salir lo real y verdadero de mi persona, tal vez por miedo, por temor al rechazo o por no saber cómo actuar en ese grupo. Siento que no tengo una relación estrecha con ellos, no fue como con mis amigos del D’Gallia (a los cuales adoroooo!!!). En esas clases, no existo, soy un par de manos más haciendo lo que deben hacer. A estas alturas en cualquier otro sitio ya hubiera tenido un mejor amigo o alguien con quien hablar seguido todos los días, pero no es el caso. Tengo compañeros, no amigos. Cuando creo que al fin encajo, termina la clase, vuelvo feliz a mi casa creyendo que ya encajo pero llega un nuevo día para estudiar y todo vuelve a la normalidad. Me ...