El Morral

La primavera llego y con ella un chico nuevo en mi vida, Manuel apareció como el idílico personaje del cual podría enamorarme… pero como yo soy yo y basta con algunas palabras bonitas escritas en alguna conversación para q los ojos me brillen con ese lindo resplandor de la ilusión y piense que “¡Al Fin! Apareció mi media naranja”, aunque nunca lo haya visto en persona.  Estos pocos días primaverales vinieron algo cargados de emociones reprimidas, de adjetivos equivocados para las personas incorrectas. Manuel es lindo (odio esa palabra) y a pesar de haber sufrido mucho en la vida, tiene ese positivismo que a mí me encanta. Su vida familiar es un caos completo, vive en la soledad de la ciudad, ya que él es de un distrito de la sierra de Lima y estudia en una universidad local. Es completamente mi tipo de persona, no importa si tenga unos kilitos de más (cosa que él dice que tiene) a mí me gusta su madurez a pesar de ser unos meses menor que yo y las ganas de ser alguien a pesar...

En medio de esta batalla que ya parece un dibujo animado muy cruel. Me alucino como uno de los niños elegidos de Digimon (quienes no vieron el dibujo pasen al siguiente párrafo) cuando casi al final de la serie creyeron haber destruido toda la maldad del digimundo eliminando a 4 grandes digimons malos. Y de repente no a ellos a los que tenían que eliminar sino a uno más poderoso que los últimos sujetos muertos. Mi trabajo se está asimilando a eso Mi pesadilla que supuestamente terminaría ahora en la primera semana de octubre en el trabajo con el término de la temporada con unos conductores que no me agrandan mucho, la han alargado hasta fin de año aumentándole más programas y más conductores. Es decir, a sacar fuerzas de flaqueza, lo que creí que ya terminaba en realidad, recién empezaba. En mi lucha de superarme cada día, me he prometido a mi mismo esta semana demasiado intensa que empieza mañana que no me quejare, que cada vez que quiera abrir la boca para proferir un queji...

Dándome un break en esta batalla inacabable contra mi estrés, contra mi trabajo, contra los personajes de mi vida en esta temporada; escribo estos párrafos para darme fuerzas y seguir adelante. Comenzó setiembre como un baldazo de agua fría. El trabajo me tiene a mil por hora, he estado al borde de las lágrimas un par de veces en el trabajo. Pero felizmente, hasta ahora, no ha habido muertos ¿heridos? Uno que otro. Se suponía que iban a ser 5 semanas (eternas) de trabajo arduo, cuando escribí el último post despidiéndome de mi tranquilidad, recién había pasado la semana primera, esa semana de introducción al dolor. Ahora, 2 semanas más tarde con altibajos en la fortaleza y en la voluntad, con ganas de tirar la toalla más de una vez, en especial los domingos en los que veo venir el alud de los lunes, tomo asiento para reflexionar acerca de algo que compartí con una compañera de trabajo. Este estrés tan apabullante me ha vuelto más positivo de lo que era, ya que me di cuenta qu...

En un buen sábado para pasarlo en casa… o bueno en eso se ha convertido por falta de ánimos para salir. El frio es enemigo de la voluntad, por eso que en invierno algunos mamíferos hibernan, lástima que los humanos no hagamos eso. Es una buena noche para escribir, para pensar en lo que será mi vida, para dejar de lado a las canciones dramáticas de Norah Jones, las que me hicieron olvidar a alguien y escuchar a Alanís Morissette, que fue traída a mi vida por otro alguien que espero no se vaya como el anterior. Es buen momento para tomar conciencia de lo que dejo y lo que empieza. Cambios imperceptibles para otros, para mi es una página nueva, se necesita todo un ritual para voltearla. Un ritual al que acuden recuerdos de momentos felices y algunos tristes indeseables pero importantes de todas maneras. Caras, todas con una gran sonrisa en el rostro que jamás me dejan solo. Esos personajes que siempre andarán conmigo y que plasmo en algunas líneas porque vale la pena mencionar. ...