No Hay Oscuridad, Solo Existe La Luz
Dándome un break en
esta batalla inacabable contra mi estrés, contra mi trabajo, contra los
personajes de mi vida en esta temporada; escribo estos párrafos para darme
fuerzas y seguir adelante. Comenzó setiembre como un baldazo de agua fría. El trabajo
me tiene a mil por hora, he estado al borde de las lágrimas un par de veces en
el trabajo. Pero felizmente, hasta ahora, no ha habido muertos ¿heridos? Uno que
otro.
Se suponía que iban a
ser 5 semanas (eternas) de trabajo arduo, cuando escribí el último post despidiéndome
de mi tranquilidad, recién había pasado la semana primera, esa semana de introducción
al dolor. Ahora, 2 semanas más tarde con altibajos en la fortaleza y en la
voluntad, con ganas de tirar la toalla más de una vez, en especial los domingos
en los que veo venir el alud de los lunes, tomo asiento para reflexionar acerca
de algo que compartí con una compañera de trabajo.
Este estrés tan apabullante
me ha vuelto más positivo de lo que era, ya que me di cuenta que ponerse
quejoso y negativo no resultaba para nada productivo. Al hacerlo, lo negativo
se hacía inmenso y no podía ver la solución al problema y la ruma de quejas se hacía
cada vez más larga. En estas 2 semanas puedo decir que aprendí a no quejarme. Como
dicen “la luz al final del túnel”, yo digo “no te concentres en la oscuridad,
sino en la luz que tienes justo al frente” 1era lección: aprendida
Luego cuando se
presentaban ante mí los odiosos días de trabajo trataba de pensar en otras
cosas y a la vez pensar en por qué Dios me estaba apretujando de esta manera. Ahora
lo veo más claro. He pasado por tantas cosas en este año que he empezado a
trabajar en el canal que siento que he ido escalando niveles de dificultad. Comencé
haciendo casi nada, luego la carga fue aumentando cada vez más. Ahora que el aluvión
de problemas está tratando de derribar mis bases, siento que esta etapa me servirá
mucho en el futuro. Dios nos pone a prueba debido a que la experiencia que ganaremos
nos servirá para afrontar el futuro terrible que nos puede esperar a la vuelta
de la esquina.
Como dice el dicho “Dios
ajusta, pero no ahorca”. Y mi dicho particular es “Dios cierra puertas y nos
deja a oscuras para que nos demos cuenta del ventanal que tenemos al frente
para respirar” me han dicho que estas 5 semanas de las que ya estoy por la
mitad, se pueden extender por 2 meses mas y con mucho mas trabajo pero como lo
dije antes: aprendí a no quejarme y a aceptar con fe cada prueba que Dios me
pone al frente.
Todo es por algo, nada pasa por pura casualidad.
Sin más que decir,
espero algún lector inexistente haya leído mis palabras y surja el positivismo
con el que yo las escribo. Creo que después de mucho tiempo escribo algo útil. Espero
seguir así. Muchos abrazos para todos… ¿Perdón? ¿Yo cuando me he despedido así? Para que
vean lo que hace Dios y el positivismo. XD
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