La Misma Embustera...


La primavera llego y con ella un chico nuevo en mi vida, Manuel apareció como el idílico personaje del cual podría enamorarme… pero como yo soy yo y basta con algunas palabras bonitas escritas en alguna conversación para q los ojos me brillen con ese lindo resplandor de la ilusión y piense que “¡Al Fin! Apareció mi media naranja”, aunque nunca lo haya visto en persona.  Estos pocos días primaverales vinieron algo cargados de emociones reprimidas, de adjetivos equivocados para las personas incorrectas.

Manuel es lindo (odio esa palabra) y a pesar de haber sufrido mucho en la vida, tiene ese positivismo que a mí me encanta. Su vida familiar es un caos completo, vive en la soledad de la ciudad, ya que él es de un distrito de la sierra de Lima y estudia en una universidad local. Es completamente mi tipo de persona, no importa si tenga unos kilitos de más (cosa que él dice que tiene) a mí me gusta su madurez a pesar de ser unos meses menor que yo y las ganas de ser alguien a pesar de las dificultades que la vida le trajo como regalo, como si fuera su pan bajo el brazo.

La verdad llego a mí cuando comenzamos a hablar con nuestras voces y dejamos la escritura de lado. Note un tono algo frívolo en él. Pero no lo quise creer, pensé que tendría que conocerlo en persona para ver que no lo era. Hablamos una segunda vez por Skype, sin vernos. Sus melodramas me mantuvieron despierto por más de una hora, según él, el melodramático es su ex pareja, pero creo que eran tal para cual. Tan egocéntricos como solo ellos pueden serlo. Aun así me resistí a perderle el gusto. Tenía que conocerlo en persona.

La tercera vez que hablamos por el mismo medio, se hizo muy obvio su desdén hacia los que menos tienen, a su frivolidad y egocentrismo se le suman los adjetivos de clasista y vanidoso. Tonto por no saber apreciar las cosas que realmente valen en la vida y dejándose guiar por amistades que son igual que él. Su desdén casi me provoca lágrimas de desilusión, sin embargo tenemos cosas en común y es así como me ilusione (otra vez) con alguien que no era para mí. La primavera tocó a mi puerta una vez más, me trajo un ramo de decepción en una linda caja de fantasías. 

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