Tortura

Al parecer me perdí un poco de mi blog, sabía que tenía que escribir pero no tenía nada de que desahogarme, no significa que no haya tenido problemas, porque eso siempre hay, sino que no eran dignos de estar en este blog o eran más profundos y no quería ahondar más en ellos.

Ahora le toco el turno de aparecer a cierto personaje, Alonso, ha pasado un mes sin escribir y ha pasado una pseudo historia con él. Bueno, a él lo comencé a tratar de a pocos, casi nada, luego algo y después casi no m lo podía sacar de la cabeza. Pero él fue el que se metió en mi cabeza, solito, porque yo jamás me fijaría en alguien como él (es alto y gordo).

Comenzó con miradas (como siempre) luego tocamientos (el me daba masajes y me tocaba la rodilla como jugando y cosas así), me habla súper gay en el whatsapp (palabras como: te adoro, “hola bonito”, etc.). Yo supuse que si lo era, canta súper genial, y es lindo aunque no lo parezca.

Un día fuimos al teatro con todo nuestro grupo y toda la imagen de lindo sobre él, se me cayó. Fui con él y con su pata y me dejo sin avisarme, vivimos muy cerca y se fue. O sea normal que se haya ido, pero si llegamos juntos, mínimo, un aviso de “oye me estoy yendo a otro lugar, chau”, pero ni eso pues. Desde ahí ya se alejaba de mi cabeza pero pudo volver a entrar con detalles como los ya mencionados antes.

Hoy tuvimos ensayo de teatro, llegue al lugar acordado, y él ya había llegado en su carro, acompañado de una chica demasiado simpática. Ese fue el primer indicio de una tarde para el olvido. Me dio cólera, quería desaparecer de ahí y lo hice, me fui a tomar algo muy lejos de ellos. Llego el momento del ensayo, el ya se había deshecho de esa chica y todo paso muy normal desde ahí. Cada uno de los chicos del grupo se fue a sus casas y yo me quede con él porque me dijo para ir a comer algo (luego supe que lo quería hacer con su pata y conmigo) y yo algo desanimado por la idea, de igual manera, acepte.

Comimos, y luego subimos a su carro para que nos deje por el camino. Ahí empezó la tortura. Comenzó a hablar de una amiga nuestra que le gustaba harto y lo decía con demasiados detalles. Esa amiga nuestra llego al lugar donde yo m había encontrado con él en su carro y con la chica a su lado, según nos conto “llego Ale (nuestra amiga) y fue como si todo desapareciera y ella existiera solamente” y yo retorciéndome por dentro, fue tal tortura escucharlo decir cada cosa linda de ella que este día ha sido denominado por mí como la peor tarde del año hasta ahora. Me moría por bajarme del carro y correr y no escuchar. Sin embargo me quedé a sufrir.


Es lo más horrible del mundo ser gay y que te guste un heterosexual, si es un heterosexual bestia, como el típico macho latino que se jacta de besar y tener sexo con tantas mujeres, me importaría muy poco y el gusto se iría al momento, per
o si es un heterosexual con sentimientos, valores y respetuoso; estas frito, son los peores. No hay forma de dejar que te guste sin sufrir. Hoy me toco a mí y aunque tengo mucha cólera, no le guardo rencor a él ni a Ale, q es mi amiga también, porque ellos no tienen la culpa. Son jóvenes y se enamoraron. Les deseo felicidad a ambos yo tratare de alejarme y tragarme la pena al verlos juntos, soy gay y así es. Me hubiera gustado ser heterosexual y que me guste una chica y tenerlo a él como amigo incondicional. Pero ya no se puede. Si solo me hubieran dado a elegir mi opción sexual al nacer, todo hubiera sido diferente. Muy diferente.

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