Mis batallas
Desde que he comenzado mi nueva vida he tenido que enfrentar
batallas duras que siempre pierdo. Pierdo porque a quien me enfrento conoce
todos mis puntos débiles, ya que él me los otorgó. Me ataca por donde sabe que
estoy más propenso a perder. Y cuando sucede mi infeliz derrota, lo único que
pienso es que he perdido más que la vida, que el precio por el placer recibido
fue muy ínfimo comparado con lo que perdí.
En estas batallas tengo muchas armas pero no se usarlas bien
aún. Y el enemigo también se aprovecha de eso. Tengo espadas y no se
blandirlas, tengo escudos y soy muy torpe cubriéndome, soy un animal ignorante
que tiene un armamento invencible y el miedo me impide defenderme.
Todos los días es un nuevo comienzo, es una nueva pelea por
mi salvación. Todos los días es un golpe que recibo pero que estoy aprendiendo
a querer, y eso es lo que más le molesta a mi enemigo. En mi sencillez y en mi
humildad reside mi refugio, en mi oración esta mi escudo y mis armas son mi rosario
y las invocaciones de mis Santísimos Padre y Madre. Tengo amigos que rezan por mí
y que sé que me acompañan. Una es mi Santa del amor, ese amor que es como
tenazas que desgarran a mi contendiente. Y la otra es mi Santa Guía que me da
fortaleza en el camino.
Estoy preparado para el combate, Dios nunca me deja solo, es
mi fuerza y mi pilar invencible, en él vivo y soy feliz, es mi maestro y mi
padre amado que solo tiene amor para dar, y yo también lo único que tengo es
amor para dar a mis semejantes. Sigo el camino cuesta arriba lleno de
obstáculos pero nunca he sido más feliz cayéndome, nunca he sido más feliz
siendo avasallado por mi enemigo, porque sé que me levantaré de nuevo y más
fuerte con mi cruz a cuestas.
Comentarios
Publicar un comentario