Un bello atardecer en el corazón

Bueno regrese a la casa, o mejor dicho al depa de Eduardo. El chico que me movió el piso y que me rompió el corazón (post anteriores). Ya me sentía algo mejor, y es más, iba preparado a desilusionarme más de él  y a terminar de romperme el corazón yo mismo para dejar de crearme mundos que nunca llegarían a ser nada. Pero salí peor que antes pues, aunque ahora muy feliz y creyendo tanto en el amor, como hace tiempo no hacía.

Llegue a su depa y m dijo que cocine algo, ya que quería estar más tiempo conmigo. Al principio no me animo mucho la idea, de cocinar y lavar y pensar y hacer. Pero mientras se fue desenvolviendo la tarde, más ganas tenia de hacerlo. Hablamos, nos besamos, almorzamos a ritmo del concierto de Vivaldi y el soundtrack del Señor de los Anillos. Nos echamos en su cama, paso todo tan cariñosamente que el escudo que le había preparado a mi corazón se fue derritiendo como mantequilla a fuego lento.

Me deje llevar por sus caricias, sus abrazos interminables; perdiéndome en su mirada y haciendo de sus labios mi nuevo hogar. Terminamos acurrucados uno junto al otro. Observándonos, dormitando a ratos, riéndonos y yo agradeciendo a Dios estos 2 días en que mi corazón volvió a la vida. Y aunque me he encariñado mucho con él, y me pongo mal cuando pienso que él se tiene q regresar a la provincia donde vive, me siento bien porque la ilusión ya no es más ilusión, no hay peligro de caer de donde no se sube, ahora es más como una hermosa amistad en la que me siento seguro y de la que pueden surgir muchas cosas a pesar de la distancia.

Siento que puedo volar, y que sus besos nunca se borraran. Lo recordare con mucho cariño.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Sexo No

El día en que el tiempo se detuvo (por un minuto)

Rendido