En un bus

Todo lo que te puedes imaginar en sólo minutos, un segundo, una historia hecha con principio y final.

Una mañana lluviosa, de invierno, salgo a trabajar como todos los días. El mismo bus, la misma gente diferente e indiferente, el mismo trayecto, la misma rutina, pero algo hay de diferente: el amor quiso aparecer hoy.

Dos cazadores buscando la eternidad en los ojos de otros. Se encuentran, se observan, y comienza  la historia más antigua del planeta una vez más. Se hablan, el es dentista y estudia un post grado; yo, me dirigía a mi pastelería, amo endulzarle la vida a los demás. Se tienen que bajar del bus, quedan en verse una vez más.

La segunda cita sucede en un restaurante y luego la respectiva caminata, el está decepcionado del amor y yo igual pero con ganas de amar otra vez, el positivismo nunca se borrara de mi cara y estará plasmado en una sonrisa. Hablan de la vida, de cómo sucedieron las cosas con sus anteriores parejas, el tiene problemas con su ex (como siempre) y yo ya olvidé, mejor dicho estoy tratando de olvidar lo malo, tengo cicatrices, pero son lecciones aprendidas. Acuerdan para una cita más y la ilusión crece más.

Se comunican de todas las formas posibles, nuestras familias saben de nuestra relación y ambas están en desacuerdo, de todas maneras el encuentro próximo siempre esta presente. Así pasa bastante tiempo, hasta que viene la gran pregunta “¿quieres estar conmigo?”. Tanta espera, ya nos conocemos bien, y estamos seguros de ese paso. Amándonos las cicatrices desaparecen. Así empieza la historia de alegrías, penas, temores y la seguridad que cada uno da; varias peleas, muchos más “te amo”. Siempre juntos. 3 años. Varias millas recorridas. Juntos.

El tiene que viajar un par de meses a una provincia cercana por cuestiones de trabajo, al fin el sueño del consultorio propio se puede dar, lo apoyé en todo, en sus momentos más oscuros y en las felicidades más grandes  y por fin su sueño se hará realidad. Emprende el regreso muy contento, “amor, todo salió como esperábamos, espérame, ya llego… te amo con todas mis fuerzas”. Al cabo de una hora, un camión con un chofer ebrio se cruza en su camino y corta su vida y me aleja de él para siempre. El amor de mi vida se fue, se acabo mi historia de amor. Su familia no deja que esté en su velorio y no tengo la oportunidad de despedirme, lo entierran en secreto de mí, aun lo busco; tantas promesas, tantos recuerdos. Aun así, el positivismo nunca se borrará de mi cara, está plasmado en una sonrisa. Y ahora siempre estará conmigo y yo con él.

Y todo en un viaje en bus... 


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