Mi relación con ella
Llegó la primavera y así de simple es su relación conmigo: ella me odia y yo trato de amarla, pero me las pone muy difíciles. Desde su hora 1, me ha tratado con la punta de su zapato (en caso tuviera uno), pero le agradezco que me hace contentar con cosas muy pequeñas. Creo que odio quererla.
No puedo decir que desde que me levanté me ha atacado incansablemente. Ha sido amable, me hizo levantar temprano, tomé un bus, cosa que amo porque me hace ahorrar, pero me subí en uno tan lleno que iba colgando en la puerta, luego encontré en mi camino, aparte del tráfico y el conductor q era más lento que un caracol, varias calles cerradas, no me importó porque de todas maneras llegue a tiempo al trabajo.
Mi jefe tenía cara de culo, era lunes, era normal, por verle mucho la cara me dio dolor de cabeza y encima el frío me calaba en las piernas, era como tenerlas en un balde de agua helada, el resultado es que ahora, después del largo día, me duelen.
Todo iba normal con mis quejas y achaques, cuando se empieza a salir el agua del desagüe de mi trabajo; llamaron al técnico y yo sin haber terminado de hacer mis deberes en el trabajo, me obligan a dejar de trabajar para que arreglen ese desperfecto. Era mi hora de salida y aún no terminaban, así que me fui sin terminar y aumentare esos deberes inconclusos a mis deberes de mañana, es decir, más cosas que hacer.
Las cosas pequeñas que me hicieron feliz fueron las canciones precisas, cuando el tiempo lo requería, personas simpáticas en todo el día y algún otro detalle que ya me olvido. Es la primavera, odio y amo todo, es mi etapa de volubilidad extrema. Me quejo pero vivo feliz y contento porque hay esperanzas de que mañana será mucho mejor y si no, buena cara para todo. La vida es una y hay q disfrutarla.
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