La despedida esperada...

Parece que ya termino todo, se acabó por fin la maldición de tener que hablarte todos los días, el dolor de tener que saber de ti siempre. Ese dolor al que yo estaba tan acostumbrado, esa maldición que llegue a querer con todo mi corazón por tan poco tiempo. Desde el jueves que te deseé un gran ciclo de universidad no he vuelto a saber de ti. Esa tenía que ser nuestra despedida ¿tenia? No sé, solo debía de suceder así, tal vez.

Nunca supe cómo actuar contigo, no desde que me destruiste el cielo con tu “mejor dejémoslo ahí” me sentía raro conmigo mismo, no sabía de dónde partir y no tenía claro un objetivo. Te mostré mi corazón y tu no supiste que hacer con él. Creo que aunque lo sepas ahora, ya es un poco tarde. Fui feliz, no lo niego, sin embargo la felicidad es algo tan efímero en mi vida que ya me estoy acostumbrando a dejarla ir cuando dice “hasta aquí, no más”.

Estoy en un punto en que me duele aún recordar todo lo que hicimos juntos, aunque también estoy ansioso por descubrir que es lo que me depara mi vida sentimental a futuro. Contigo aprendí mucho, o mejor dicho, repasé mis errores comunes. No te guardo rencor, y si sales con alguien más, allá tú, ese ya no seré yo. Guardo mi corazón hasta que sea necesario…


…Adiós.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Sexo No

El día en que el tiempo se detuvo (por un minuto)

Rendido