Días con Esteban I
Es dificil poner en un solo post todo lo que he vivido estos
días con Esteban. Todo el crecimiento que he tenido desde la ultima vez que
escribí. Han sido muchas cosas las cuales tengo q resumir en pocos párrafos.
Comenzare diciendo que Esteban apareció de nuevo en mi vida,
luego de una larga espera antártica en la que ambos nos extrañamos mucho,
cuando apareció me dijo que (y esto se volvería su frase habitual) “todo es una
locura” y así ha sido. Llego a Lima el martes 24 de febrero, 2 meses exactos después
de mi encuentro conmigo. Ahora el fue el que me encontró a mí, y lo hizo de una
manera que no hubiera pensado. No fue hasta el miércoles 25 que nos vimos; y
fue bastante irónica nuestra “salida”. La cita iba a ser en la casa de su prima
que esta al lado de la suya, casa que ahora está desocupada. Al estar
desocupada no podíamos hacer nada de ruido, porque, supuestamente no había
nadie ahí.
Esa noche fue como una parodia de misión imposible, entrando
sin hacer bulla, moviéndonos en la oscuridad, acurrucándonos entre susurros,
diciéndonos que estábamos muy felices, luego sabría que cada vez que él decía
que estaba feliz, en realidad era “te quiero mucho”. Y así estuvimos abrazos un
par de horas; cariñosos y envueltos en el fuego que creció en nosotros durante
los 35 días de espera. Terminó ese día y no nos volveríamos a ver hasta el
sábado.
El sábado fue como una prueba de amor para mí, quería que lo
acompañe al centro de la ciudad a
mediodía para hacer compras. Con lo que odio
el centro de la ciudad y más en verano, fue todo un reto; pero como siempre he
dicho: Al mal tiempo, buena cara; además estaba con él y estaba feliz de
acompañarlo y que me agregue a su vida poco a poco. Estuve todo el día con él,
paseándonos de un lado a otro, comprando cosas para su próximo viaje que sería
en unos días. Hablando de cosas, conociéndolo, enojándome y conociéndome a mi
mismo también.
El día martes, en la madrugada fue la ultima vez que lo ví
antes de su viaje a Costa Rica. Fui a su casa (felizmente vive cerca de mí) y
otra vez nos vimos en una mala versión de “misión imposible” otra vez
queriéndonos en silencio, abrazados en la oscuridad. En vez de que él me diera
algo antes de partir, yo le di algo antes de que se fuera. Le di mi cruz de San
Benito, para que lo proteja y me lleve a donde quiera. Es así como nos estamos
acompañando, además de la tecnología que es maravillosa en este tiempo. Asi que
hablamos seguido aunque él esté muy al norte de mí. Esteban ha venido a mí en
un momento en que creo poder enfrentar un amor de verdad. Aprendemos mucho
juntos y quiero que así sea por bastante tiempo, creando nuestro pequeño
universo…
Comentarios
Publicar un comentario