Mi loco amor

Ha pasado algo más de un mes, algo más de 31 días, y hay algunas cosas más que tal vez deben o no deben permanecer en la memoria. ¿Pero 31 días de qué? 31 días cumplidos, 1 mes entero de estar con el Señor Pingüino. Aquí no hay contraste de felicidad y tristeza, hay una pelea entre gozo y miedo, un miedo que ya se ha hecho más chiquito y anda encerrado pero latente, es una inseguridad existente y que oscurece mi panorama pero que no le hago caso.

No escribiré más acerca de mi miedo en ese post, hay mucho que escribir. Mi Señor Pingüino y yo cumplimos un mes el 15 de abril. Un día agitado para ambos, el volvía de su enésima actividad diaria, y yo de haber trabajado todo el día. Y nos vimos solo un rato, para entregarnos los obsequios y decirnos presencialmente cuanto nos queremos. Su regalo, dentro de su simpleza, fue como un estallido en mi cabeza, que haya utilizado tiempo para pegar, escribir, utilizar colores, cortar me emocionó mucho; tengo problemas en recibir regalos porque siento que no los merezco y que alguien haya hecho eso por mí significó bastante, era un papel escrito y pegado para todo el mundo. Para mí era un mundo entero tener ese detalle que esa persona especial hizo para mí.

En 31 días han pasado cosas que no puedo resumir mucho, pero que están detalladas poco a poco en el blog, han sido salidas, momentos juntos, durmiendo, riendo, comiendo, hablando de trabajo, acompañándonos en el camino y apoyándonos uno a otro. Diciéndonos cosas bonitas que no son solo cosas bonitas, el tiene el poder de hacerme volar con su sincero cariño hacia mí. Vuelo y caigo seguro.

Tengo el presentimiento que él es mi persona especial. Y no hablo desde el enamoramiento que siento, ya que ya sé que tengo que conocerlo más, pero lo conozco y pensamos parecido. Con él he encontrado un balance que no he encontrado con nadie más y recuerdo mis relaciones anteriores y salidas con gente y no se le parecen en nada, con él no sufro, me acompaña siempre, me da mi espacio y le doy el suyo; si me llama acudo a él, y si no puedo, no se enoja y m comprende. Es muy sabio en muchas cosas, he aprendido mucho y sigo aprendiendo con él y es un niño en otras, y mi paciencia para explicar no se me agota con él. Siento que, si me dice que se va mañana mismo de viaje por más de un mes, yo lo esperaría. Se ha ganado mi total confianza y es el causante de que mi miedo se haya reducido tanto. Siento que en el futuro no podre vivir sin saber de él, sigo conociéndolo y me encantaría decirle mis próximos “te amo” los cuales, se los está ganando.


Soy feliz, tengo el amor a mi lado, tengo trabajo y ganas de progresar  y a mi familia, algo pobres pero que importa. Son estas cosas las que me llevaré cuando me muera y no necesito más. Repito: Soy feliz.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Sexo No

El día en que el tiempo se detuvo (por un minuto)

Rendido