Leer nunca dolerá tanto...
Me ha chocado bastante la obra que termine de leer ayer, Inés del Alma Mía. Ayer me acosté con ganas de llorar pensando en eso, en la muerte tan brutal de Pedro de Valdivia y en la despedida casi ingrata que meses antes le diera Inés a Pedro sin conocer que nunca más lo vería.
Después de pensar bastante rato sobre ese triste final, me propuse comenzar a leer hoy “La isla bajo el mar” de la misma autora, Isabel Allende. El ejemplar de ese título, que yo poseo tiene la particularidad que me lo regalo mi ex pareja Paco. Después de un año, 4 meses y 6 días de tenerlo en mi mesa de noche, empolvado esperando a ser leído, al fin sucedió.
Cuando me lo regalo ese 17 de enero del 2010 no tenía ni idea de lo que se trataba, y cuando vi la tapa del libro me comí a besos a Paco, era lo que más deseaba en ese momento. Fue el mejor obsequio que me pudieran dar ese primer mesiversario (aniversario de mes). Lo amé mucho a partir de ese día. Le mentí, le dije que ya lo había leído una semana después que me lo dio (falsooo, nunca lo leí hasta ahora).
Ahora que lo empiezo a leer, siento como ese momento en que me dio el libro envuelto en papel de regalo se sigue repitiendo cada vez que abro el libro. Veo su cara, sus ojos llenos de alegría, se me llenan los ojos de lágrimas, siento el peso de su abrazo en mi corazón, es como revivir esos minutos una y otra vez.
Al parecer esta es la última prueba que me dolerá demasiado y por bastante tiempo, aun faltaran más, no estoy seguro, pero no me queda otra cosa que enfriar el corazón y ser fuerte “once more”.
Un libro y una rosa seca, un recuerdo de un amor acabado... |
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