Promesa rota
Prometí ser su amigo,
ganas no me faltaban pero los sentimientos me fallaron. Tenía toda la intención
del mundo en estar siempre cerca de él, sin embargo la cercanía se hizo muy
próxima, llegue a quererlo y no podía ayudarlo así. Los sentimientos podían
ponerme en una posición egoísta y no era justo para él. La cercanía con su ex
es lo que me hace mal. Le quiero explicar cómo serán las cosas desde ahora. Tal
vez nunca más hablemos. Me siento terrible porque prometí algo y no lo cumplí.
¿Estoy haciendo mal?
Me gusta y lo quiero pero me hace da la vida para aguantar la angustia de saber
que él aun quiere a su ex. De tener que soportar que me cuente todos los
problemas que tiene por qué no puede superar a ese hombre que le puede entregar
el corazón entero a través de cosas materiales. Es tan manipulable. Y yo no
puedo más con ese tipo de persona. Soy celoso extremo y saber que la persona
que quiero esta aún pensando en otro no me deja vivir en paz. Tengo muchos
problemas para aumentarle uno más a la lista.
Llora Omar que es la mejor
manera de sacar todo lo que tienes adentro. Llora porque aunque no seas un rey
del drama, tienes derecho a desahogarte. Saca las infinitas lágrimas, las que
alivian el dolor, el sufrimiento de otra ilusión rota. Bien escuche el año
pasado que este no iba a ser mi año para el amor. ¿Entonces cual es ese año?
Esto es lo que me mantiene feliz, ilusionarme con el roce de una mano, con el
beso robado, con una insignificante mirada. Esas malditas ilusiones que me
mantienen vivo son las que me hacen sentirme mal.
Con cada una siempre
digo “ya no más”, pero siempre pasa y nunca aprendo. Esta vez dolió un poco,
pero agradezco al raciocinio que me hace ser cuerdo y decir “hasta aquí nomás”
me frena en seco y el golpe es menor al que me aguardaba si seguía volando en
mi nube. Eso aprendí este año, a no ser condescendiente con mí persona, a no
dejar que los sentimientos me vapuleen a su antojo. Son lecciones que siempre
costara recordar y aplicar pero lo que se aprende nunca se olvida. Si no es él,
ya será otro. Si no hay otro, disfrutare mi soledad, como siempre.
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