Manifestaciones de la inevitable despedida
Todo
transcurría con relativa normalidad en mi vida de pareja, mi señor pingüino y
yo nos queremos mucho; la pasamos genial cada vez que nos vemos y yo siempre
preguntándome ¿esto es un truco del destino? ¿Cuándo muestra la cara mi temible
realidad? Hasta que de tanto invocar la desgracia, se apareció.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnfqm3CuwqYyQ827-DPEGzLYSIpKcEqe9ChIK_6tVK87IHoVmU3OAoqPjWl3XiQV_HOi75c-f4r-DXVU_Ug54OqP6isD9OTj4IHfI_ic_TOOMN7uEQfKkS2wkENLtp_oFciZrWEwK8NGQ/s320/alone-161.jpg)
Ya m
tendría que ir acostumbrando a estos desaires, pero cada vez mi destino va
perfeccionando su humor negro y afinando el toque de gracia. Justo cuando
estuve de lo más feliz con el novio más perfecto que he tenido, me lo quita
para que la distancia nos separe, ya que, de no ser así, iba a vivir engreído
en mi felicidad.
La vida es
así, ya sé que es por gusto que reniegue y haga rabietas contra ella, todo está
sucediendo como tenía q suceder. Las piezas van cayendo en su lugar, mi vida se
ha ido armando de estas vivencias, no hay felicidad plena, no hay paz duradera,
no hay sueño eterno hasta el día que la muerte nos arrebate. Mientras tanto hay
que ir balanceándonos en esta cuerda floja, equilibrando sensaciones, emociones
y sentimientos con las situaciones que nos pone el camino.
Se vive y
se goza, se vive y se llora, hay q saber disfrutar cada etapa. Se va mi sol, se
va mi novio perfecto, se va con mi corazón en su mano y mi cruz en su cuello.
Disfrutare al máximo estos pocos meses que nos quedan juntos, ayudándole en la
locura que es su vida (según él) y yo terminando de engreírme como nunca lo he
hecho con nadie. Ahora, dejen pasar a las lágrimas...
Comentarios
Publicar un comentario