2 Tardes Mágicas...


... En las que hablamos tú y yo, en las q compartimos historias de nuevo, en las que el corazón me decía que iba a reventar (no solo por la arritmia) sino de alegría de tenerte a mi lado.

El jueves fui a ver a mi “freaky” (yo le llamo así, ya que el nombre me vino en sueños y si no le gusta el nickname, que culpe a mi subconsciente) y fue tan genial todo, fuimos al cine, comí mi primer PinkBerry aunque fue demasiado para mí (jajaja) y después de estar un rato perdidos sin saber que hacer nos dirigimos a un parque donde otra vez fue demasiado lindo cuando me habló de su vida y donde todas mis heridas comenzaron a hacerse visibles una vez más.

Las inseguridades se presentaron como una protección a las ilusiones, un cable a tierra donde el llorar es constante y la depresión absorbente. Pero sentí que no me dejaron caer, un mega colchón de confianza me protegió del golpe y la felicidad fue demasiado grande. El tiempo nos ganó de nuevo y pensé no verlo hasta una semana después (tortura) pero las casualidades de la vida jugaron a mi favor y al día siguiente pasamos otra tarde entera juntos.

Le di el link a mi vida, pese a la vergüenza. Pero algo me dijo que lo hiciera y que no había hecho mal en mostrarle todo. Vimos TV, cocinamos o más bien, el me cocinó. Nunca nadie lo había hecho para mí, fue demasiado. Sonaron 10 campanadas y misma Cenicienta, el sueño se acabó. Regresé a mi realidad, a mi doble vida.



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