En busca de la Felicidad


Otra vez la encrucijada se presentó, sentía los muros presionando hacia mí, el aire se volvía ligero, el mundo tomaba los colores de la felicidad ¿Qué era esto que sentía de nuevo? Era el llamado a ser parte del Plan de Dios.

Hoy fui con mi hermano (Laico consagrado y Misionero en Chile) a una parroquia a encontrarnos con una amiga de él, Lorena. La encontramos leyendo la Biblia, algo muy común en ese ambiente. Lorena es candidata a ser monja, una chiquilla de 20 años, ojos celestes, castaña, como dirían los héteros: una verdadera perdida para el mundo. Pero yo le diría “un regalo de Dios”.
Nos sentamos a conversar, y al momento de que ella comenzó a hablar de su experiencia y lo feliz que es ayudando a los pobres, su cara se iluminaba, hablaba con una emoción alocada, su felicidad contagiaba y yo preguntándome ¿Qué necesito para ser feliz de esa manera? Pero la respuesta siempre la supe. La felicidad reside sola y únicamente en Dios.

Dejar todos los problemas mundanos: el grano enorme que nos sale en la mitad de la cara, la ropa que tenemos que usar para tal evento, el peinado de moda que tenemos que lucir. Todo esa preocupación tan trivial y estresante para algunos se va poniéndolo todo en manos de Nuestro Señor. Es tan bueno sentirse así, tan reconfortante vivir solo para Él, ayudar a los demás con tu grupo de amigos. Eso es la felicidad absoluta.

Es muy irónico que la respuesta a nuestros problemas sea solo una y tan evidente. Sin embargo solo los valientes pueden tomarla. Dejarlo todo para ir con Él no es fácil, requiere meditación, pero cualquier sacrificio es poco para llegar a esa felicidad que no es pasajera, que es eterna y eso es mucho tiempo. Esto no implica que siempre la sonrisa estará en la cara, es un peso grande el que llevamos a nuestros hombros, pero Jesús pone los medios para lograrlo. Aquí la frase “la esperanza es lo último que se pierde” cambia a “vivimos con la esperanza que Dios nos da diariamente”.

No tengo mucho más que decir, sino tengo que vivir para poder expresarme mejor. Esto es tan vasto, extenso como el cielo a donde queremos llegar. Algo tan simple y tan complejo a la vez. Una decisión que nos cambiaria y así cambiaria al mundo. Amor en todos lados, lo que más necesitamos. Así sería nuestra existencia.




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