Una Tarde eterna y una cita que nunca fue


Esto lo escribí uno de esos sábados desesperado por salir de mi casa y una cita siempre es una buena excusa, a menos que la otra persona nunca llegue… bueno esto pasó:

“La tarde comenzó con un ligero dolor de cabeza, era la tarde de otra salida para conocer a alguien. Nos citamos en el concurrido lugar por bohemios, ese lugar de siempre, Miraflores.
Llegué como siempre un poco tarde (elegantemente tarde me gusta decirle) un retraso mínimo de 10 minutos, en los q trate de comunicarme con el tipo. Es un chico q conocí por medio de una red social. No es un adonis pero le di la oportunidad de conocerme (sueno súper arrogante pero es verdad)...

Vine a Miraflores, le mandaba mensajes pidiendo su ubicación pero no m la daba... Lo llame y me sorprendí al escuchar su celular apagado. Me planto. Lo maldije un par de minutos y luego pensé en las posibilidades q tenia al frente. Decidí ir por un helado y una caminada nocturna por el malecón. Me desestresé mucho.

Mientras caminaba se me ocurrió ir a ver una película, sería la primera vez q entrara solo al cine. Plan frustrado por mi caminar lento y el rápido pasar de los minutos.
Llegue a Larcomar. Ya estaba algo cansado de caminar y decidí tomar algo ¿pero qué tomo? No tenía ganas de nada. Pasaba por las tiendas mirando como indigente y no se me abrían las ganas de nada.

El tipo que me planto comenzó a escribirme una retahíla de excusas de su irresponsabilidad, de su celular apagado. No me importaban mucho, desperdicio su oportunidad. Otro más enterrado en silencio.
Camine hasta una tienda de libros donde me clave por varios minutos esperando a mi prima que me dijo q venia a cierta hora. Ya se acerca esa hora. Quiero tomar algo antes de dormir. Y m han dado unas ganas desquiciadas de leer jajá. Estoy sentado en un parque atrás de una iglesia. Haciendo q mis piernas descansen para darle el encuentro a mi prima y ver que pasa... La noche no acaba aun. Una aventura mas por contar…”


Después de terminar de escribir esto, la batería del celular murió. Caminé, encontré a mi prima y me reí un poco con sus amigas, puedo decir q ese sábado no fue una completa pérdida de tiempo, siempre es bueno caminar, navegar por tus pensamientos y reírte algo; como la cereza encima del helado.

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