Una última vez Sebastián (11/06)
Sebastián se acostó, como todas las noches
dominicales, pensando en la flojera q tendría al levantarse al día siguiente,
el pesado lunes llegaba. Se despidió de sus padres, se fue a su cuarto compartido
con su hermano menor. Cerró los ojos, empezó a soñar, una última vez.
El pesado lunes empezó, la voluntad forzada a
seguir con el ritmo de una semana nueva. Con la despedida de su madre en la
cara cerró la puerta de su casa, su papá lo acompaño a tomar el bus de todos
los días para ir al colegio. Un apretón de mano para el muchacho que ya crecía
y se convertía en hombre.
Llego al colegio, los exámenes mensuales que
comenzaban, las travesuras en clase y los juegos en el recreo con sus amigos,
la niña que ya empezaba a gustarle sin que él se diera cuenta aun que fuera el
amor.
Hoy se quedaba un poco más tarde de la hora de
salida, tenía una clase de nivelación de matemáticas, ese pesado curso del cual
renegaba con su mamá acerca de lo inútil que le parecía. En la tarde salía por
fin del estresante lugar con pizarra negra para tiza y carpetas pintarrajeadas
por los ex alumnos.
Pensaba en las cosas que tenia q hacer en
casa, tareas, el regalo del día del padre hecho en complicidad con su mamá que
a esa hora le aguardaba con su plato caliente del almuerzo - llego al cruce de vías
para entrar a la calle donde se ubica su casa - pensaba en la serie nocturna
que vería, en lo buen doctor que sería algún día y tal vez en el nuevo juego
inventado mientras pasaban las horas aburridas en clase.
No se fijaba cuando una mole de metal arraso
con su pequeño cuerpo al cruzar la calle, la sonrisa se le apago para siempre
junto con la felicidad de sus padres. Su vida se fue con el rio de sangre que
manchaba el pavimento. Sus ojos se cerraron una última vez. No volvió a soñar, nunca más...
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