Buena Vida... Buena Muerte (Paula)
Un paso más en la vida
es la muerte. La muerte no ha sido de temer para mí desde que tengo entre 6 y 8
años, cuando escuche en una película cristiana que Jesús le decía a los niños
que de ellos era el reino de los cielos “Uno tiene q hacerse niño para entrar
en el paraíso”. Al escuchar esto me dije a mí mismo y luego compartí con mi
hermano que deseaba morir siendo aun niño porque no me quería manchar con las
impurezas que trae el mundo.
Mi mamá siempre muy
practica nos decía: “no les tengan miedo ni a la muerte ni a los fantasmas, témanle
a los vivos”. Han sido tantas frases y anécdotas a lo largo de mi vida que me
han hecho reflexionar sobre ese grandioso misterio que es el descaso eterno. Cuando
la paz invade el cuerpo y empieza el viaje del alma. ¿Qué habrá saliendo de
este vivir mortal? Bromeaba acerca de mis planes al morir, ya no bromeo porque
ahora lo digo en serio, al morir quiero viajar por el mundo. Desearía una licencia
especial para que mi alma tenga una temporada viajera.
Así le perdí el miedo
a la muerte. Gracias a mi padre empecé a decir: “pobrecito no es el muerto,
pobrecitos los que se quedan llorándolo”. Cada uno tiene una misión en este
mundo y cuando ya se acaba o cuando nos alejamos mucho del Plan Divino y Dios
ya no ve solución, simplemente dice “ven a Mí”. Pero aun así la soledad y el
vacio enorme que deja la pérdida del ser querido es lo más temible que puedo
ver en mi existencia.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSdDVFtsrvEcBfOAid1EPToyjHEOFSmK5xm82jqZhIJId4Nr_-9MWlnBoXR5xWtEWzdN_FI7eFLmXk58x7a1Q5WvYFXhOPvUb82SsLsQRMN42R9stWQlgHRHHr8-k7wKwEOREpJC3mWzE/s320/allende-isabelpaula.jpg)
Ni un desamor se
compara a ese sufrimiento creo yo. Todo lo escrito en este blog se vuelve nada
al costado de todo lo plasmado en ese libro. Es tan admirable lo hecho por
Isabel que me he decidido conocerla a como dé lugar (si alguien pudiera
ayudarme con ese pedido le estaría eternamente agradecido). “Paula” es la vista
al futuro de las 2 cosas que alguna vez hare en mi vida: acompañar a un
familiar agonizante hasta sus últimos momentos y morir tan apaciblemente como
si me fuera a dormir.
Es un libro muy
recomendable, espero que con esa ayuda de Isabel y con lo que acabo de escribir
algunos inexistentes lectores se puedan dar cuenta que la muerte es solo cruzar
una línea, un umbral que siempre está abierto y por el cual todos tendremos que pasar.
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