Lágrimas cuestionando
Tuve un día bueno
hasta que la tarde gris trajo aburrimiento, mi mente se dejo llevar por algunos
pensamientos melancólicos, esos que atraen la tristeza. No pude evitar pensar
en la partida de mi amigo, en la enfermedad de mis padres, en mi año lleno de Jorges
que se van. En la soledad en la que vivo feliz y tranquilo. En las personas que
entran, salen y saldrán a lo largo de mi vida.
“No sé si sea buena o mala suerte” esa frase aparece en mi mente
como queriéndome decir algo. Un par de lágrimas caen en forma de una respuesta
que aún no existe y por la cual lucho por encontrar. Pienso en las palabras que
me dijo mi hermana sureña “apúrate, no
temas, encuentra tu lugar en la tierra, ve en busca la felicidad plena; hay
muchas personas que dependen de ti”. Los problemas de la gente los hago
míos, siento su dolor. Muero de tristeza y ahogo a la compasión que quiere
salir a respirar bondad.
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Avancé 1 paso hacia la
madurez el año pasado. Chile me abrió los ojos al mundo. Este año el mundo me
hizo retroceder 10 pasos. No me creo capaz de mantener una conversación adulta,
mi capacidad de saber escuchar se transformó en mi defecto por acaparar
conversaciones. Muy pronto comenzare a treparme en arboles y dar alaridos cual
primate tratando de llamar la atención.
Este año no me está
resultando productivo amorosamente hablando. Esa palabra de 4 letras muy
parecida a mi nombre, parece un espejismo en medio del desierto. Es un oasis
muy escondido en el desierto que es mi vida. Muero por mi tercer Jorge
escurridizo, lloro porque lo pierdo, se va como hicieron los anteriores. No hay
4to malo… Dicen…
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