Cambiando el gusto

Esta es una historia graciosa, después de mi fugaz romance de 3 semanas (las cuales parecieron años) con Dennis aparece este otro chico para romper esquemas. Nunca pensé sentirme así después de una primera impresión tan desastrosa. Ahora que me acuerdo me da mucha risa el momento. Fue así:
Dennis y yo nos habíamos peleado, es decir, seguimos peleados; yo ya estaba a punto de deprimirme cuando aparece Esteban en el whatsapp, ya habíamos conversado antes pero desaparecimos de nuestros mapas por varias semanas. Acordamos salir, y asi sucedió.

El miércoles nos citamos a las 7:30 en Barranco, yo estaba entusiasmado, ansioso, nervioso. Taylor Swift me acompañaba en el Ipod. Me avisa que ya habia llegado, estaba esperándome junto al Starbucks que estaba al frente del parque municipal. Yo fui acercándome como victima al cadalzo, sin saber si encontraría al amor de mi vida o a un enano monstruoso. Fue entonces cuando lo vi. Fue un shock tremendo, no sabía si darme media vuelta e irme corriendo o escaparme con la excusa de una diarrea súbita.

Esteban es alto, pero grueso, muy grueso; como diría Maja: “fuertecito”. Tiene la cara de un amigo de la infancia, es muy parecido, habla con voz gruesa, y con cierto siseo al pronunciar. Le vi como a un niño grande o un adolescente con problemas tiroidales. Mientras que bajábamos al puente a ver que había (al parecer él había ido muy poco) yo me sentía incomodo, escuchaba que salía sonido de su boca, pero no entendía nada, estaba muy concentrado preguntándole a Dios ¿Por qué me mandas esto?  Sin mas opción, me entregué al momento, al final del día, él iba a ser solo un amigo mas y siempre es bueno tener amigos.

Caminamos, hablamos, caminamos y hablamos. Ya no me preguntaba ¿Por qué? Ya no me sentía incomodo, en realidad, era muy paja hablar con él. Aunque a veces me decía “baby” o me abrazaba confianzudamente. Me daba risa porque estaba ilusionándose mas rápido de lo que yo posiblemente hubiera podido después de shock tan brusco al verlo. Fuimos a comer y luego a un bar. Habia espectáculo en vivo en el bar, la canción que mas recuerdo fue “Estar Conmigo” de Julieta Venegas, fue precisa para ese momento en el que el alcohol me nublaba los sentidos y afirme la teoría de que todos son simpáticos dependiendo de la cantidad de alcohol en la sangre, y yo tenía mucho alcohol en todas partes.

Salimos del bar y seguimos caminando hacia el malecón donde Dennis y yo nos habíamos abrazado y besado, pasamos por ahí y seguimos caminando. Encontramos un sitio desierto y él se sentó y yo seguía sonriendo por el alcohol. Conversamos un momento más y ¡zas! Que me abraza y de nuevo ¡zas! Que me besa. Fue todo muy lindo, no m puedo quejar, estuvimos abrazos largo rato y ya estando sobrio me gustó mucho. No me arrepiento de no haberme escapado, tal vez el destino me sonría nuevamente, o será que mi maldita primavera se atrasó en el calendario. Bueno, sea malo o bueno, habrá que vivirlo y averiguarlo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Sexo No

El día en que el tiempo se detuvo (por un minuto)

Rendido