Anatomía de la nostalgia


Y entonces… ¿Qué es lo que extraño de mi relación? Lo escribo porque, por más que he despedido a Chris mentalmente de mi cabeza, por más que he recordado mi relación en los 17 (días cabalísticos), he revivido momentos bonitos y feos, he llorado por esos mismos recuerdos y he reído al creer que ya había superado todo; sigo poniéndome nostálgico en este bendito invierno que se presenta tan gris como los anteriores, pero más triste que alguno que haya pasado.

Esto es un dolor nuevo, uno que nunca he vivido porque Christian fue la primera persona que aprendí a amar con todo lo bueno y malo hasta que decidí velar por mí mismo un poco. Aunque tengo esa parte de mí satisfecha, sigo extrañándolo y siento que ya es dañino porque estoy consciente que estoy en una etapa mejor pero no puedo avanzar; no hay día que no lo piense y me estoy volviendo loco porque necesito desahogar esto con alguien a veces y no tengo a ese alguien. Ya decidí que se lo contaré al padre Henry el sábado.

Ahora quiero sacar todo lo que siento cuando Christian me viene a la mente. Todo lo que siento que extraño de él y creo que no es mucho, pero quiero sumergirme en eso y ver que hay hasta el fondo.
Lo primero que extraño de él es su compañía. Muero por estar abrazado con él en su cama, sintiéndome acompañado en todo momento, sabiendo que amo y que alguien me ama, alguien presente que me demuestra su amor. Extraño esos momentos felices estando solamente con él, no haciendo nada en especial, solo estando y siendo.

Extraño los retos sociales que me hizo pasar, esos momentos en los que quería que me tragase la tierra cuando teníamos que ir a ver a su familia y amigos. Extraño su entorno familiar y a sus amigos y si me preguntas por alguno en especial puedo mencionar 2: Ernesto y su esposa Ximena; y Geraldine con su novio Tarek. No quisiera perder esas relaciones que siento que por mínimas que hayan sido, para mí ha sido todo un logro mantener un diálogo con ellos.

Extraño a sus mascotas, los perros y gatos que me acompañaban en días y noches cuando estaba en su casa. Los gatos me enseñaron a quererlos y los perros me enseñaron que me prefiero la independencia de los gatos, pero que si puedo hacer un perro independiente como un gato ese sería mi perro ideal. Mencionaría sus nombres para no olvidarlos, pero si alguien googlea esos nombres y en ese orden podrían descubrir este diario y perdería su clandestinidad. 

Es más común googlear nombres de personas y que aparezcan coincidencias varias que googlear nombres de mascotas y que aparezcan coincidencias.

Admito que también extraño el acceso a sitios donde la élite limeña puede ingresar y yo no puedo porque no pertenezco a esa élite. Extraño las salidas a esos sitios, las escapadas, los momentos en esos lugares cuando no había nadie y era todo para nosotros. Esas noches en la playa o ese paseo en el campo.

 Extraño los matrimonios, las fiestas, las reuniones para jugar juegos de mesa y todo eso entra en esa parte de mi corazón que está reservada para él.

Agrego que estoy adaptándome a la idea de verlo con alguien más, de que consiga a alguien más como pareja y yo quede relegado a ser alguien más en su vida cuando él forma gran parte de la mía aún. No quisiera que eso suceda, pero siento que pasará y cuando menos lo espere. Quizás estoy siendo un poco dramático, pero quiero hacerme a esa idea y dejarlo ir.

En realidad, quiero dejarlo ir del todo, odio sentirme nostálgico; ya no es agradable. Siento arrebatos en los que quisiera llamarlo o aparecerme en su casa para pedirle que, por favor, podamos volver a intentarlo. Pero mi dignidad, cordura y más importante, mi cielo, me lo impiden.

Siento que ya no volveré a amar de esa forma jamás y me da un poco de envidia que él si tenga esa oportunidad. Quiero tenerla también, quiero tenerlo a él no quiero a nadie más y estoy descargando esa pataleta que llevo adentro desde hace más de un mes. Solo quiero sacar todo esto y expulsarlo, mandarlo al fondo del mar peruano para que se lo lleve un barco chino.

A la vez siento que este dolor me hará mejor persona, mejor humano, mejor todo. Dios ha permitido que sienta esto para enseñarme a ser más empático con el dolor de otro. Yo no lo entendía antes pero ahora sé de que se trata y cómo es. Yo sabía que esto llegaría desde que supe que estaba enamorado de Chris, tengo que admitir que yo sabía que eso acabaría tarde o temprano y que el dolor sería intenso, agradezco cada día gris que paso. No quisiera olvidar esta sensación y llegar a ser déspota con alguien que necesite mi ayuda. Todo pasa por algo y esto es lo que tengo que pasar yo ahora.

Quien sabe que deparará el futuro, quizás vuelva a estar con Chris, quizás me muera antes (rezo por eso también, para que sea pronto pero no antes que mis padres para no hacerlos sufrir). No sé nada y tengo tantas expectativas para mi futuro (porque si las tengo ¿No?). La verdad, ya no sé nada. Solo quiero llegar al fin de semana. Fin, por ahora…



Comentarios

Entradas populares de este blog

Sexo No

El día en que el tiempo se detuvo (por un minuto)

Rendido