Vagancia y Depresión: íntimas amigas
Tengo que emplearme en
algo, tengo tantas ganas de irme de viaje, distraerme, estas cuatro paredes de
mi cuarto me comprimen demasiado. Siento que mi cabeza solo se conectar en una
sola persona. Me repito a mi mismo: Omar
tienes que tranquilizarte, relájate, libérate de los problemas que te agobian…
pero esas frases me llevan a buscar ayuda profesional, es decir, un psicólogo.
Tengo tantas ganas de
disiparme, de llorar hasta morir (en el lado positivo del desahogo) de gritarle
al mundo lo que siento, llorar de felicidad, de pena. Quiero encerrarme en mis
recuerdos y no vivir más mi realidad tan dolorosa, a la vez quiero olvidar y
ser un ser tan frío para que nada me afecte. No quiero sentir miedo al futuro.
En una hora triste quise cantar y
dentro de mi canto quise gritar y dentro de mi grito quise llorar; porque tan
solo canto para callar (…) Porque gritando se llora para callar y mi vaso
sediento no llega al mar… Chabuca Granda
Ya no más. Tengo la
vida por delante y aunque no tenga amor en ella, seré felíz.
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