Vagancia y Depresión: íntimas amigas


(25/01/2012) Hoy no ha sido un muy buen día… el ánimo lo tengo por el piso, tengo ganas de verlo, está lejos de acá… creo que esto lo siento únicamente cuando tengo mi mente muy desocupada. O sea, cuando no estoy haciendo nada productivo. 

Tengo que emplearme en algo, tengo tantas ganas de irme de viaje, distraerme, estas cuatro paredes de mi cuarto me comprimen demasiado. Siento que mi cabeza solo se conectar en una sola persona. Me repito a mi mismo: Omar tienes que tranquilizarte, relájate, libérate de los problemas que te agobian… pero esas frases me llevan a buscar ayuda profesional, es decir, un psicólogo.

Tengo tantas ganas de disiparme, de llorar hasta morir (en el lado positivo del desahogo) de gritarle al mundo lo que siento, llorar de felicidad, de pena. Quiero encerrarme en mis recuerdos y no vivir más mi realidad tan dolorosa, a la vez quiero olvidar y ser un ser tan frío para que nada me afecte. No quiero sentir miedo al futuro.

En una hora triste quise cantar y dentro de mi canto quise gritar y dentro de mi grito quise llorar; porque tan solo canto para callar (…) Porque gritando se llora para callar y mi vaso sediento no llega al mar… Chabuca Granda

Ya no más. Tengo la vida por delante y aunque no tenga amor en ella, seré felíz.

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