Cuando el sol salió para mí (my Sunday)


Aquí un recuerdo corto porque no estoy de tan buen humor pero merece la pena la escritura y mención.

Ayer, vino Christian a almorzar a mi casa. O sea, no vino a almorzar específicamente, sino a dejarme una pizarra. Tengo que remontarme al sábado si quiero contar bien mi recuerdo. Creo que el post no pinta para corto.

El sábado salí con mi ex mejor amiga. Entenderán lo de “ex” en mi post “¿Escalando o descendiendo?”. Me acompañó a ver al P. Henry a Surco y después de ahí nos fuimos paseando a Miraflores, haciendo un tour por las rutas que recorría cuando estaba con Chris ya que estaban cerca de donde vive el P.Henry.

Pasamos por la casa de Chris y lo vi de lejos, él no me vio porque estaba trabajando en sus infinitos pendientes diarios. Lo vi y estaba en el cuarto donde dormíamos cuando yo estaba con él. Ese cuarto desde donde vi la vida pasar y fui muy feliz. Solo le vi la frente y el pelo que le queda por ahí. No obstante, fue suficiente para sentirme nostálgico y melancólico.

Llegué a mi casa horas después. Sintiéndome agradecido de haberlo visto estando acompañado porque eso hizo que la pena se disipara. Pero al llegar a mi cuarto iba a escribir en mi blog de todas formas. Ya había escrito una moderada cantidad de texto y entonces suena el celular. Era él y yo pasaba de la melancolía y nostalgia (tales que hasta hice un poema en rima el cual fue borrado) y puse mi cara de huevón y no demoré en contestarle.

Hablamos casi una hora de todo lo que habíamos pasado. Le conté que le había visto y al contarle lo desorganizado que había estado mi trabajo propuso que me dejaría un día de estos una pizarra para que apuntara y sea más organizado. Al día siguiente (ayer) me la trajo.

Yo estaba manejando cuando me avisó que ya estaba en mi casa. Fue tal la sorpresa que manejé cual Meteoro con ganas de verle y además había traído a sus 2 perros con él. Tomás y Tamy que eran parte de nuestra vida cuando estábamos juntos.

Almorzamos juntos y mi mamá nos acompañó. Fue como en los viejos tiempos en que me visitaba. Conversamos y la pasamos genial, mi mamá queda encantada de la manera de como come así que ya lo invitó a almorzar para fin de mes. Al despedirse, se cuidó de no abrazar a nadie porque #pandemia pero cuando fue mi turno de despedirnos, nos dimos ese abrazo tan intenso y fuerte que deseé que durase eternamente.

Se fue con la promesa de volvernos a ver, y en serio nos veremos porque ha dejado ropa en la lavandería que queda cerca a mi casa y mi mamá le ha invitado a almorzar otra vez. Además mi mamá aceptó tener un perro en mi casa con tal que se parezcan a los que tiene Chris. Fui a misa en la noche y tuve un lonche familiar ¿Qué más podría faltar?

#Felicidad



Comentarios

Entradas populares de este blog

Sexo No

El día en que el tiempo se detuvo (por un minuto)

Rendido