... y llegue a Ti mi clamor.
Vamos a ver de que se trata esta confusión que siento. Tengo
problemas de decisión y necesito escribirte para ver que hay detrás de esto.
El día viernes decidí que invitaré a salir a Christian el
día después de su cumpleaños que es vienes. El sábado iría a su casa para
entregarle el regalo que ya le compré y el plan sería hablarle acerca de las
cosas que nos han distanciado estos últimos días.
No te he contado pero después de que me dijo que le gustaba
alguien hace una semana y media ya yo le comencé a hablar de forma más cortante.
El día lunes me habló sobre algoque haría y yo le dije “ok, éxitos” y eso fue
todo. El martes me sentí mal por hablarle así, así que le saludé, a lo que me
respondió con manitos. Caí en depresión todo el miércoles por esa respuesta e
incluso tomé por primera vez una pastilla para dormir que me noqueó.
El jueves seguí mal hasta la tarde y en la noche me contestó
bien. Yo también le respondí y quedamos “en paz”.
A los que les he preguntado sobre el actuar de Chris diciéndome
que ya le gustaba otro les ha parecido malazo. Sin embargo, el plan que había
hecho era, como dije; acercarme a su casa el sábado, darle su regalo. “Disculparme”
por mi mal actuar y a la vez decirle que me afectó q me dijera eso de q le gustaba
alguien más. Le diría que había pensado en invitarle a salir pero que con eso
ya me detuvo por completo. Desearle una feliz vida y que le vaya bien.
}Su respuesta sería definitiva: o me acepta la salida o me
despacha y se despide de mí de la misma forma.
La confusión esta ahora en que no se que es lo que quiero.
Por un lado quisiera estar con él y sentir a mi lado a ese Christian que creo
que he idealizado mucho durante esta depresión. Por el otro lado están esas
ganas de no separarme de Dios que, justo desde que decidí hablarle, han
crecido.
Desde hace meses le he pedido a Dios y al crucifijo que
tengo en mi cuarto que por favor, no me dejen bajarme de mi cruz. Añoro ese
paraíso donde viviré eternamente, esas tareas que me Dios me ha de mandar para
purificarme en vida y que serán de gran provecho para mí y, quien sabe, para
otras personas. Además me acuerdo de todo lo que pasé con Christian y siento
que perdería esa paz que he ganado hasta ahora, a pesar de mi depresión.
Por eso le quiero pedir solo salir para ver si ha cambiado o
sigue igual, pero si ha cambiado entonces querré estar con él y tampoco quiero
perderme otra vez por él. Y tampoco no quiero herirlo otra vez dejándolo. Tengo
miedo. No se que hacer. No quiero perder a Dios y no quiero perder a Chris pero
a alguno tengo que desaparecer de mi vida por ahora para elegir al otro.
¿Qué hago? Esta semana es decisiva. Tengo hasta el sábado para
decidirme y ver que pasa. Querido Dios, amigo y padre, esta es mi ultima
oportunidad contigo, quizás.
Atráeme hacia ti o déjame ser feliz con Chris.
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