¿Escalando o descendiendo?
Como habrán podido
notar, hay un cambio en el blog. Varios ya no entraran y los nuevo que entraran
ya no sabrán que existía este blog con un nombre nuevo. Este cambio creo que lo
venía arrastrando desde el 2012 y recién ahora que pasaron 8 años he tenido que
hacerlo. ¿La razón? Pues por la misma que lo quise hacer en el 2012: Mostré mi
blog a alguien que no debí y ahora ya no pertenece más a mi vida.
Le mostré el blog
a quien era mi mejor amiga y hoy me dijo que desde que éramos amigos y
solamente amigos yo le gustaba y que ya no podía mantenerlo más y me lo dijo.
Que pena, que feo, que horrible. No califico de feo u horrible lo que siente
por mí, sino que se guardó todo ese tiempo lo que sentía y me hizo abrirle mi
vida porque confiaba mucho en ella y ahora me siento mal; me siento violado por
ponerlo en términos que pueda escribir, aunque ya estoy rayando con la exageración.
La sensación no se
de donde parte, pero me siento intranquilo. Como besado por alguien que no
quería que me bese. Si yo hubiera sabido que sentía eso por mí, no le hubiera
compartido nada, sin embargo, ya esta hecho y solo queda avanzar y rehacer mi vida.
Ni le quiero hablar y no quiero que me hable. Siento que me estoy comportando
como un engreído y estoy dejando que suceda solamente.
Perdiendo a mi
mejor amiga, he caído en un pozo de soledad un poco profundo. Ahora ya no me
queda nadie. No tengo amigos de mi edad, no tengo a quien comentarle mis experiencias.
Nada ni nadie. Así debe sentirse un sacerdote a quien solo buscan para consejo.
Esta es la soledad que supuse que experimentaban y que ahora esta rondando.
Desde hace unos
días he tenido la inspiración de sufrirlo todo por los pecadores como Santa
Jacinta Marto, la niña vidente de Fátima que murió a los 9 años víctima de la
gripe española. Ella ofrecía todas sus penas y dolores por la conversión de los
pecadores. Me acuerdo que cuando cumplí 30 le ofrecí mi vida a Dios y desde ahí
no dejo de decirle que soy muy inútil para estar encargado de alguna tarea
importante, solo sirvo para el sacrificio por el bien de otros y quiero llevar
este camino hasta el final.
Miro la soledad
con entusiasmo gracias a Miss Frank, no me desanimo por la noche más oscura o
por el camino más tenebroso cuando todo lo hago y me propongo superar
obstáculos por alguien más. Dios me pondrá a las personas necesarias para
avanzar, no tengo miedo a la soledad porque nunca estoy solo. Dios está
conmigo. Dios está conmigo.
Comentarios
Publicar un comentario