Palabras confinadas


Han pasado 4 días desde la última vez que publiqué ese post sobre mi descubrimiento de la felicidad, parece que fue hace más tiempo. Me gustaría decir que no ha pasado nada, que todo sigue sin novedad. Yo, sufriendo por amor; Chris, ignorándome; mientras sigo haciendo mi vida en el trabajo y compartiendo con mis padres.

Pues no ha sido tanto así. Resulta que me he contagiado del bicho que ahora es el terror de la humanidad, sí, el Covid-19. Al principio no lo aceptaba pero ya cuando dejé de percibir olores y sabores entonces caí en la cuenta que ya no podía seguir negando la realidad como con otras cosas y acepté la situación.

Desde el miércoles en la noche estoy haciendo fiebre y hoy, sábado, es el primer día que no amanezco con fiebre pero sigo con el dolor de la congestión nasal (se siente como una piedra en la cara) que ahora abarca toda mi cabeza.

Aparte de esto, sucede que ayer fue cumple de Christian y le saludé y todo normal, como siempre; sin embargo el día anterior me llamó y hablamos como 90 minutos. En esa conversación, que para mí duró 10 min porque la disfruté mucho, hablamos de todo y sentía que queríamos que durara más porque sacábamos temas solo para seguir escuchándonos. Le comenté lo que había descubierto desde ese momento que terminamos, el origen de la molestia, mis ganas de refugiarme en la iglesia cuando el problema era que ya no era yo por acoplarme a él.

El escuchaba y yo tartamudeando prácticamente porque no se me da hablar de esto por teléfono sino en persona, pero pude decirle todo lo que sentía y mis ganas de querer empezar algo nuevamente con él. El me preguntó si yo estaba dispuesto a ya no esconderlo en redes sociales como solía hacerlo, a lo que yo no supe qué responder.

“Eso está fuera de discusión, no quiero otra vez tener que esconderme, tienes que saber qué es lo que quieres para ti”.

Fueron sus palabras textuales y esa ultima frase de saber que es lo que quiero para mí ya me molesta mucho. Parece como si todos supieran que no sé a donde voy y me jode harto. Y es verdad, quizás pero entonces ¿Qué quiero? Pero en verdad si lo sé y no lo dije en ese momento por inseguridad. 

Quiero a esa persona que describí el 6 de julio en este blog. Quiero a ese señor. Pero no sé si existe.
Le debí de decir a Chris eso. Para no quedar como el mismo chico de 20, que siempre he sido, súper inseguro y sin capacidad de hablar por sí mismo. Y esa respuesta me vino a la mente horas después de nuestra conversación. Como siempre, yo con las reacciones lentas. Ahora, con esa respuesta que yo mismo había ideado estaba seguro de querer eso para mi vida: volver a salir con Chris para intentarlo nuevamente, o eso es lo quería hacerme creer.




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