El decálogo de mi sueño hecho hombre


Hoy en la mañana, mientras sufría haciendo ejercicios y con la cabeza más calmada después de mi domingo tan singular y bonito, pensaba en lo que quiero y deseo de una pareja en caso Dios decida darme un compañero de viaje y también, en caso haga de Christian un hombre de fe.

Ya no quiero someter mi personalidad, creencias y principios bajo un régimen autoritario. Suficiente han sido 13 años de parejas donde lo único que hacía era desfigurarme yo mismo con tal que otros puedan dibujarme como quisieran.

Quiero tener autonomía siempre y quiero disfrutar de mí mismo siendo yo y no siendo el molde que se acomode a lo que otros deseen. Si voy a tener un compañero será de la siguiente forma:

  1. Será cristiano, católico romano y apostólico.
  2. Practicante, o sea, irá a misa, recibirá sus sacramentos y rezará tanto o más que yo todos los días.
  3. Tendrá como propósito único ser buena persona y llegar a ser santo
  4. ¡Será casto y contingente! Cuidará su cielo y procurará que no pierda el mío.
  5. Estará entusiasmado por ser caritativo.
  6. Será empático con el sufrimiento de otros. No será hipersensible o susceptible a situaciones adversas.
  7. Será resiliente. Una roca firme donde apoyarme cuando mi fe flaquee y la vida me abata.
  8. Tendrá buen sentido del humor y también compartirá sus penas y pesares conmigo.
  9. Será bueno en lo que hace (no vagos), vestirá bien, cuidará su aspecto.
  10. Tiene que ser alguien que me respete, alguien a quien yo quiera imitar y admire sus cualidades.

  • Bonus: Que sea simpático pero esto es relativo, porque la belleza no dura + que le guste el arte y las humanidades + que hable inglés + que le guste tener mascotas + que le guste jugar videojuegos.


Y ese es el chico que Dios hará que conozca porque de otra forma no quiero a nadie más. Me quedo con mi Ángel de la Guarda, en caso ese señor no exista.

Se que hay personas así porque en Twitter existen, pero Dios creo que pone uno en cada país. Cosa que no se encuentren, porque así es Él de irónico, pero igual le amo con todo mi corazón.

Como decía Santa Teresa De Liseux: “Si Dios me ha permitido soñarlo, entonces es posible”. Y si no lo es, me conformo con soñar y esperar a mi verdadero Amor.

¡Te lo pedimos, Señor!




Comentarios

Entradas populares de este blog

Sexo No

El día en que el tiempo se detuvo (por un minuto)

Rendido